2/12/11

El feminismo está vivo en Donostia

...y yo medio muerta de cansancio ;-)

Noviembre y diciembre son meses intensos en el calendario feminista. En la ciudad en donde vivo, Donostia, este año están pasando un montón de cosas, y mucha gente desde distintos ámbitos (activistas, institucionales, artísticos), está participando en cantidad de eventos que están sucediendo uno detrás de otro.


25 de noviembre: manifestación contra la violencia sexista convocada por la coordinadora feminista, y concierto de hip-hop con La Shika, bertso-hop y Urban 13. Me encanta la campaña de comunicación que los estudiantes de gráfica publicitaria del instituto Usandizaga han creado para el Ayuntamiento:
26 de noviembre: Festival Beldur Barik en la Casa de las Mujeres, que fue una locura y un subidón. Yo participé dando un taller de DJ para chicas jóvenes por la tarde, y pinchando después de la entrega de premios. Beldur Barik es un concurso artístico dirigido a jóvenes entre 12 y 26 años, y cuyo tema central es la violencia o casi mejor la no-violencia, el construir relaciones afectivas sanas y no sexistas entre la gente joven. Fue una gozada ver a toda la chavalada emocionada y entregada, se nota que ha sido una campaña institucional bien hecha (con sus cosas a mejorar, como todo, pero en general bien llevada), que ha tenido efectos positivos. Les pongo los vídeos ganadores en las dos categorías (12 a 17 años, y 18 a 26 años):



27 de noviembre: fiesta del primer aniversario de la Casa de las Mujeres, ese espacio que nos acoge y en el que se concentra la energía feminista de Donosti.

Y ahora, en media horita, empieza Feministaldia, el festival organizado por Plazandreok, que este año cambia de sede y se celebra también en la Casa de las Mujeres. He participado con menos intensidad en la organización, pero volveré a pinchar, esta vez en el Konplot; toda la info y la programación aquí.


Y por si todo esto fuera poco, el 17 de diciembre las feministas vascas a Bilbao a denunciar las mil caras de la violencia sexista. ¿No les parece alucinante toda esta producción?


6/11/11

El crítico criticado

Hace un par de días fui a ver a Christina Rosenvinge en la sala Gazteszena de Donostia, dentro del festival Kutxa Kultur. El concierto fue espléndido y emocionante, y escribo esto porque, hoy domingo, he leído una crítica indignante en el DV, firmada por Jon Martija y titulada "Doméstica desnudez". Es la segunda crítica que leo firmada por él. La primera fue hace unas semanas, sobre el concierto de Muy Fellini, Nacho Vegas y Love of lesbian y con un título igual de lucido (o lúcido): "Orfeón lesbiano". Fui a ver a Nacho pero me quedé sin entrada, y sólo quería saber cómo había sido su concierto. Pues bien, no sólo no me enteré de nada, sino que constaté la escasísima calidad como crítico de este señor:
«Nacho Vegas aburre a un rebaño de ovejas», confesaba una asistente, y no seré yo quien le lleve la contraria. La suya no era una propuesta para un sábado noche. En formato de trío se disfraza de «cantautor protesta», y la protesta, interpretada con desgana, parece más pose que denuncia.
Y ya está. Nada más sobre Nacho. En cambio Love of lesbian le parecieron estupendos porque pusieron a todo el mundo "hands in the air" a cantar a coro. Parece que a este señor el sábado por la noche le gusta "la pachanga" y "desfasar a saco". Pues vale, pero aparte de que hay muchos otros lugares donde hacerlo, es de justicia conocer y respetar un poquito más a los artistas que uno critica.

Hasta ahí mi primera experiencia con el señor crítico, que no hubiese pasado de una mueca de desagrado si no fuese porque hoy se ha atrevido a escribir sobre Christina Rosenvinge con la misma falta de respeto y mediocridad de recursos que la vez anterior, sólo que ahora, además, con una dosis de machismo intolerable que merece una respuesta. Por suerte el texto es corto, así que no me llevará mucho analizarlo.

Lo que más llama la atención a primera vista es el exceso de líneas (un párrafo de cuatro) que dedica al telonero, el cantautor local PLV Havoc, que, a juzgar por lo que escribe, lo hizo mucho mejor que la artista principal: "Sus canciones pierden sin la riqueza de arreglos de una banda", dice, pero ¡oh milagro!, "paradógicamente Havoc gana". Es la hostia gustarle a este señor: aunque pierdas, ganas.
Cristina Rosenvinge siempre ha sabido acompañarse de grandes músicos, que han tratado de ocultar sus más que evidentes carencias vocales.
Claro, si una mujer que se dedica a la música, algún mérito tiene, siempre se debe a "los músicos", y si no, al productor o al compositor, siempre que no sean ella misma.
Dejando a un lado actitudes rockeras y decibelios distorsionados, haciendo de la carencia virtud, parece que Cristina ha encontrado el formato perfecto para ella. Sus pequeñas historias susurradas, ganan enteros en las distancias cortas.
Lo que escribe Rosenvinge son "pequeñas historias", niñerías, ya se sabe. Las "grandes historias" las escriben ellos, los que no tienen "carencias". Con los susurros, la colonia y las distancias cortas, me temo que nuestro crítico ha tenido un sueño húmedo y el subconsciente le ha traicionado. Perdone, de susurros nada, que cantó alto y claro.
Era como si nos hubiera invitado a su casa, y se mostraba tal cual es (...)
¿Y usted cómo sabe cómo es?
Se atrevió incluso con el Hallelujah de Cohen y no salió mal parada. La Rosenvinge, como la colonia, mejor cuanto más cerca.
Lo de la colonia, y el título, (se lo recuerdo) "Doméstica desnudez", nos hablan entre líneas de un señor que no puede digerir en la misma persona a una artista y a una mujer atractiva. Me parece indignante esa condescendencia hacia una cantante y compositora con una trayectoria musical de más de 20 años y méritos más que demostrados.

Por eso, y como estuve allí, he escrito otra crítica con la misma longitud y al "estilo DV", en la que doy mi visión del concierto:

Christina brilla tranquila

Son raras las ocasiones en que un concierto resulta simplemente perfecto: emocionante, creíble, bien ejecutado... y esta vez lo fue. El alimento para el alma necesario antes de un fin de semana de lluvia y temporal que pasar en casa calentita.

Una de las grandes del pop español, Christina Rosenvinge, pareció sentirse agusto entre su público donostiarra, y entre canción y canción, hizo confidencias que sus fans agradecieron, como cuando habló de una compañera de piso que desapareció para hacer la calle Ballesta (“Tú por mí"), del psiquiatra argentino que le recetó “un hombre formal”, o de que ese día había comenzado la jornada a las siete de la mañana preparando dos desayunos distintos a los bichos de sus hijos.

Juntando las canciones de “Tu labio superior” (2008), su último disco “La joven Dolores” (2011), y las de Christina y los Subterráneos, algunas de las cuales ha vuelto a grabar, el repertorio de la madrileña es simplemente indestructible por lo sólido, y delicioso por la calidad de las músicas y las letras. El set es tan compacto, las canciones nuevas y viejas son tan buenas, que ni le hacen falta las versiones ("Hallelujah" de Leonard Cohen y "El sud" de Refree). Fantásticos y en un segundo plano, Aurora Aroca (chelo) y Refree (guitarras, teclado) arroparon a Christina para que brillara tranquila, con toda su belleza y talento. Un diez.

22/10/11

Lo de Balenciaga en Getaria, es un museo?

El anuncio de "cese definitivo de la violencia" por parte de ETA nos ha pillado psicológicamente en bragas. La gente, en general, está contenta pero muchos y muchas coinciden en señalar que se sienten rarunos y rarunas. Sentimientos encontrados, duelo evolutivo. Javi P3z también nos sorprendió anunciando el cese definitivo de sus actividades programadoras y musicales en el Etxekalte. Es el fin de varias eras.

Las últimas semanas han sido muy intensas, y necesitaba tomarme un descanso. Estoy de puente largo, y me he convertido en turista sin salir del territorio. Ayer me puse guapa, recogí a mi hermana y a una amiga, y nos fuimos las tres a ver el Museo Balenciaga a Getaria.

Hacía un precioso día de otoño, fresco y soleado, y fue muy agradable. Nos echamos unas risas, entre Sexo en NY y AbFab, admirando los vestidos, tocados y joyas de la exposición permanente. Pero ya en casa, me planteo otra lectura. La colección del museo está compuesta por piezas donadas por señoras muy concretas, y por lo que pudimos ver, escasas. Nombres de revista Hola!: Sonsoles de Icaza y de León, Mona Von Bismarck, Fabiola de Mora y Aragón, Gracia de Mónaco, Rachel Mellon... Señoras de, hijas de, marquesas, princesas y duquesas. Me interesa más ver expos de quienes vistieron a las "nuevas mujeres": las profesionales, las trabajadoras, las artistas. Dudo incluso que esta colección sea representativa del propio Balenciaga, puesto que faltan sus trabajos más arriesgados y vanguardistas.

Por otro lado, el museo plantea un recorrido unidireccional, no hay discurso crítico, sino tan sólo una serie de datos técnicos y biográficos al estilo Wikipedia contenidos en paneles y audífonos. La iluminación es muy tenue; dicen que para conservar las piezas, pero da la sensación de que oculta algo: imperfecciones en los trajes, pero quizá algo más, como los restaurantes que iluminan poco para que no se vea la mierda.

El edificio es bonito y excesivo. Entre una sala y otra, rápidos flashes de azul y verde, una franja de paisaje de Getaria a modo de fotograma y más trajes en escaparates blindados. Todo ello me sugiere una adoración pueril al lujo y al dinero. ¿Era necesario un edificio tan suntuoso? Luego vas a las urgencias del Hospital Donostia y aquello parece la segunda guerra mundial. ¿Porqué, mientras ha corrido el dinero, no han puesto todos esos dineros y arquitectos al servicio de la gente?

Una última reflexión: yo no tengo estudiado el tema de los museos, pero en esta visita me he dado cuenta de que cada vez tienen menos que ver con el arte. ¿Qué es un museo? ¿El de Balenciaga, es un museo porque tiene un edificio espectacular, pagas una entrada, te dan un plano y te explican por dónde tienes que ir, porque te dan un audífono y hay visitas guiadas? Y aún más: ¿Es un museo para mujeres? Porque el 100% de las visitantes con las que coincidimos lo eran. Planteé la cuestión durante la visita y mi hermana contestó: "los hombres tienen los estadios de fútbol". Desde luego, es más barato llenar un pelotazo inmobiliario que adopta el nombre de "museo" con trajes donados que con obras de arte. Además, dicen, las mujeres se interesan más por la cultura (como espectadoras) que los hombres.

Una vez que sales del edificio, el recorrido estipulado te pone en una de las calles principales del casco histórico de Getaria, convertido en un parque temático de cultura vasca para turistas: aquí un restaurante de delicioso y carísimo pescado y marisco; aquí una tienda marinera, allá un delicatessen de productos con label. Compruebo resignada que mi queso de Idiazabal favorito, el Mausitxa, ha ganado un montón de concursos y ahora se vende a precio de oro. Compramos anchoas y bonito del norte embotado en aceite de oliva.

Las vascas ya no damos miedo. Suponemos que ahora que "somos más españoles", como decía sarcásticamente mi hermana, nos visitarán más los españoles de verdad. Pobres. Les sugiero que no se dejen seducir por los itinerarios prefabricados, porque, de lo contrario, tendrán que pagar el "impuesto revolucionario" de los especuladores.

9/10/11

Cosas atrasadas

Aún no he presentado con fundamento el nuevo blog. La cosa es, ya saben, que lo de Blogia no había por donde cogerlo técnicamente ;-) y que era un anacronismo seguir allí. Mi paupérrima frecuencia de actualización me causa remordimientos, no se crean, casi ni merezco el título de bloguera, pero intentaré ganármelo. Este es el tercer blog personal que inicio: el primero duró un intensísimo año y el segundo casi cinco. La gente de Diagonal dice que me van a enlazar, espero que no se arrepientan ;-)

Mikel Arbiza (Street-zinema, Parafernalia, 9cdr, etc. etc.) y yo hemos abierto otro blog juntos, Cycle Chic Donostia, donde intentamos documentar el estilazo de las y los ciclistas urbanos de nuestra ciudad.

Y más cosas: les pongo la entrevista que me hicieron sobre Feministaldia para el proyecto Cultura Abierta, mapa de sonidos de la cultura vasca actual, donde explico cómo surgió el festival y pongo un poquito a parir a Donostia Kultura. Dentro del chulísimo proyecto Wiki Historias de Saioa Olmo y Haizea Barcenilla, han iniciado unas cadenas de vídeos en los que cada participante elige a una persona y habla de ella. Maider Zilbeti, amiga y compañera de fatigas, dice cosas muy bonitas sobre mí en el vídeo que les pongo, y yo hablé sobre Marta de Urban 13, aunque el sonido era tan malo que lo tengo que repetir :-P

Pronto les contaré más cosas sobre otros dos proyectos en los que colaboro: el libro que prepara la gente de Kafea eta galletak, y el festival Beldur Barik. Laister arte!

6/10/11

Stupid girls en S Moda

Este domingo, por primera vez en mucho tiempo, compré El País, y el kioskero me regaló el nuevo suplemento S Moda del sábado. Hace tiempo que decidí hacerle boicot a este periódico, harta de su androcentismo. Se supone que una lo compra para estar informada y para disfrutar, y yo lo único que conseguía era ponerme de un humor de perros con artículos como este.

Al tiempo que dejé El País, empecé a ser más asidua a Marie Claire, publicación que me sorprendió con buenos reportajes y una línea editorial que casi-casi podríamos considerar feminista. MC es lo que es (sus anunciantes son las poderosas firmas de moda y cosméticos) pero al menos trata a sus lectoras como seres adultos y racionales e incluso se permite cierta autocrítica (pienso que deberían ser más valientes y atreverse a profundizar en esa línea).

Veo que "S Moda" imita el estilo Marie Claire cuando en sus primeras páginas habla de la marginación de las asesoras de Obama en la Casa Blanca o de lo bueno que sería para la economía el pleno empleo de las mujeres. Sin embargo, 90 páginas más adelante me encuentro con el reportaje titulado "Todo tiene arreglo", donde me hablan de operaciones de culo, tetas, cara, y piernas. Compruebo horrorizada que en una liposucción se pierde mucha sangre, se destruyen tejidos, y quienes se someten a ellas no pueden sentarse durante un mínimo de tres semanas. En el reportaje "Tecnocremas", me dicen que las menores de 30 pueden evitar el bótox usando cierto producto, ¡menos mal!

Dos preguntas surgen inmediatas: ¿por qué, señores del País, esas informaciones sobre lo necesaria que es la igualdad no las publican en sus suplementos generalistas, o en los de economía? y ¿cómo va una mujer a ocupar una silla importante si no puede ni sentarse porque está en el posoperatorio de la liposucción?

Es lo mismo que dice Pink en 'Stupid girl': "What hapenned to the dream of a girl-president? / She's dancing in a video next to 50 cent". Pues eso, señores del País, ni soy ni quiero ser una 'stupid girl', por tanto seguiré prescindiendo de sus productos editoriales mientras no reflejen --al menos mínimamente- mis valores.

*Actualización 9/10/11: Hoy lo volví a comprar por el reportaje de portada de EPS "Eterna adolescencia", y porque en el interior sale mi querida y admirada Diana Aller. Las reglas están para romperlas, no? ;-)

4/9/11

Maru Rizo, la musa activa


Es posible que en un lapso de tiempo no muy grande, algún trend-setter de nuestra bella Easo descubra a Amable Arias y lo convierta en motivo de camisetas, carteles o diseños, tal y como ocurrió con Oteiza, Chillida o Ivan Zulueta. Pero mientras eso no ocurra, Amable seguirá siendo un artista casi desconocido para las maduras juventudes nacidas a partir del 70.

¿Y cómo podría conectar Amable con esas maduras juventudes? Pues creo que de la misma manera en que lo ha hecho conmigo: a través de una obra nada pretenciosa, honesta, bella, que no teme al sexo ni a las mujeres. Sobre su vida, recogida con más detalle en su web monográfica, destacaría su nacimiento en un pequeño pueblo de León y posterior traslado a Donostia, lo que lo convierte en el único integrante del grupo Gaur nacido fuera del País Vasco; el maltrato del padre durante la infancia; el accidente que condicionó su físico y manera de relacionarse con el mundo; su lucha autodidacta por superar la deficiente educación recibida, y, sobre todo, su encuentro con Maru Rizo en 1970.

Es gracias a ella que Amable ha vencido al tiempo (murió en 1984) y su obra puede seguir siendo disfrutada en la actualidad. Es ella la creadora de la figura actual del Amable-artista; la mujer que lo amó, lo cuidó y ladeó la cabeza para que él la pintara. La musa relajada, la compañera ejemplar. En la actualidad, Maru regenta un estudio en el barrio donostiarra de Egia donde muestra la obra del artista a las personas interesadas.

Me he pasado dos tardes enteras viendo obra, y estoy arrebatada con los desnudos, la mayoría de Maru, con la serie "los abrazos", que retratan a un Amable a la moda de los 70, con cabello largo y gafas redondas a lo Lennon, abrazado a su musa y amante, y la serie de collages "la jirafa cuadrada", llena de referencias pop, que mezclan distintos elementos cotidianos como sobres de cartas recibidas, paquetes de tabaco o dibujos realizados en servilletas de la desaparecida cafetería Dover.


Quiero entrevistarla y centrar la entrevista en ella, pero sus respuestas enseguida derivan en Amable, se nota lo acostumbrada que está a hablar de él. Es reservada en lo que se refiere a su vida íntima, y la mayoría de las cosas me las cuenta off the record.

P.- Amable murió en el 84, y, aparte de la expo en San Telmo en el 85, durante muchos años no hubo actividad con su obra. ¿Pasaste años duros, encajando la pérdida?

R.- No, lo que ocurre es que Amable fue muy poco valorado en vida, y de ahí el impasse. La retrospectiva en San Telmo del 85 la organicé yo, yo elegí las obras que se mostraron, pero faltaba una figura que comisariara, que interpretara la obra. Aun así aquella exposición gustó mucho, y la visitó muchísima gente. Lo preparé todo, porque sabía que, tarde o temprano, la gente vendría a preguntar por Amable. Y así fue. En el 93, apareció Gonzalo Sánchez, de Galería Dieciséis, que había visto la exposición del 85 y estaba impresionado. Le enseñé toda la obra y desde entonces y hasta su muerte en 2007 fue el galerista de Amable, y también fotógrafo y gran amigo. Se arriesgó llevando a Amable a Arco como artista único de su galería, y así lo dio a conocer en Madrid. Hoy en día cada vez hay más gente interesada en Amable. Las personas que tienen obra de Amable no son los típicos coleccionistas de arte. Es curioso, pero llega a gente digamos colateral, especial, y eso me gusta. Yo no voy a la gente, sino que espero a que ellos o ellas vengan a buscarme.

P.- Ahora te dedicas a fondo a difundir la obra de Amable. ¿Cómo es ese trabajo? ¿Qué satisfacciones te aporta?

R.- Uy, ¡qué pregunta! Yo sé que tengo entre manos una obra excelente, ésa es la satisfacción. Al principio, él no confiaba en su obra, pero adquirió la confianza que le faltaba viendo una exposición de Kandinsky en París. Durante su vida le fastidió la ausencia de reconocimiento.

P.- ¿Qué parte de su obra es la que más te emociona?

R.- No lo puedo decir. Me arrobo con cualquiera de ellas. Siempre encuentro cosas nuevas. Hoy mismo, he estado contemplando una obra en la que no había reparado antes. A partir de los 70, coincidiendo con nuestro encuentro, se volvió más colorista, más juguetón. A los museos les interesan más los óleos.

P.- ¿Cómo os conocisteis?

R.- Primero conoció a mi hermana Pili y salieron unos días. Después salió con mi hermana Mari Carmen, pero ella le dejó. Le dijeron que había una tercera hermana. Me dijo: "quiero verte en un sitio donde no haya mucha gente". Quedamos en el bar del Hotel Londres. Yo llevaba una minifalda y un maxiabrigo (así se llamaban entonces) gris, y unas botas rojas. Es curioso, porque evocando esa escena años después, él decía que yo iba de verde.


Maru y Amable en un fotomatón, 1978. Fuente: http://www.amablearias.com/

P.- Seguro que estabas guapísima...

R.- Yo era muy atrevida, iba como me daba la gana. Llamábamos la atención, la gente nos decía que al vernos se sentía como si estuviese en París o en Nueva York. Yo no me quería comprometer. Quedábamos de vez en cuando: primero un día por semana; luego dos, luego tres, luego cuatro...

P.- ¿Qué es lo que te enamoró de él?

R.- Que era muy diferente a los demás, que era una persona muy poco convencional.

P.- En qué sentido crees que le influyó a él el conocerte a ti?

R.- Creo que le influyó mucho. Él decía que a quien más tenía que agradecer era a la mujer, y luego corregía, a las mujeres. Yo le llevé mi manera de ser: alegre, juguetona.

P.- Viendo las obras da la sensación de que erais una pareja muy unida, con una intimidad relajada (en una acuarela, ella se quita pelos de los pezones con una pinza). ¿Crees que en algún sentido erais transgresores, que con vuestra forma de vida reivindicabais una sexualidad más libre?

R.- Claro, éramos revolucionarios, luchábamos por cambiar la sociedad. Y con la sexualidad también, claro. Viviamos juntos, yo nunca me quise casar. Tampoco quise tener hijos, aunque a él le hubiera gustado, pero considero que los hijos atan mucho a las mujeres.

P.- ¿Tenías celos de las otras modelos?

R.- Desde que me empezó a dibujar a mí, casi no dibujó a nadie más. Los celos hay que tragárselos, son un sentimiento muy negativo. No, no era celosa.

P.- El otro día me dijiste que Amable era feminista. ¿Cómo veía a las mujeres?

R.- Es que él lo decía, que era feminista. Pensaba que las mujeres son lo mejor de la humanidad. Sentía pasión por el físico, pero también por cómo pensaban. Creía que las mujeres, por encontrarse con más dificultades, eran más inteligentes. Me decía: "Lee a Simone de Beauvoir".


Maru me lleva a la biblioteca de Amable, una estantería llena de libros subrayados, anotados y dibujados por él. Saca "La vejez", de Simone de Beauvoir, y encuentra la página en la que él anotó: "muy bonito, señorita Beauvoir!"

P.- ¿Qué tienes pendiente con la obra de Amable? ¿Cómo te gustaría que fuera recordado?

R.- Me gustaría, sobre todo, que fuera conocido, porque aún no lo es lo suficiente. Y que se le recuerde como un pintor honesto que no se dejó vencer por las dificultades.